miércoles, 29 de agosto de 2012

Con la boca llena de bolas de algodón

Los aviones son espacios perfectos para dibujar sin distracciones (no puedes escapar de ti misma)
Imaginemos que las ideas son bolas de algodón, son ligeras, tentadores, suaves, de muchos colores y no pesan demasiado. Soy especialmente aficionada a las ideas atrapadas en bolas de algodón.

Ahora imaginemos que nos comemos un puñado de ideas cada día, nos parece que podemos con todas, se ven tan fáciles, tan apetecibles... En la euforia de un buen despertar o tras un primer café espectacular podemos incluso abrir más la mandíbula y tragar más ideas.

Luego, en la soledad del camino, me suelo atragantar con las bolas de algodón, empiezan a pesar, descubro que unas me apetecen más que otras, que no todas trazan un camino que en verdad quiera. Incluso me atrevería a decir que escupiría buena parte de ellas porque necesito más tiempo, pero me da vergüenza.

Las colecciono en cuadernos, notas dobladas entre bolsillos y bolsos diversos, notas de agenda y una imaginación que no descansa. Las aparco e incluso las olvido :-(

Aprendo a vivir con mi entusiasmo por las ideas en forma de colas de algodón, intento ordenarlas como puedo porque creo que soy capaz.

Lo que aún no he aprendido es a convertirlas en lo que tengo dentro de la cabeza, son como pequeños pichones a la espera de poder volar.

Voy a necesitar ayuda ¿Quién no?

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