martes, 23 de febrero de 2010

Risas de ayer y risas de hoy. Llegan flores.


Los cerezos están a punto de florecer en Quimpi, los jazmines se abren paso tras la tormenta, de a poco. Confío en que este año serán tan magníficos como el año pasado y no quisiera perdérmelos. Las risas han cambiado un poco su naturaleza pero siguen siendo risas al fin y al cabo y hay que provocarlas y recibirlas. El año pasado había dientes de cinco años que ya no están, pequeño príncipe y princesa que crecen y sorprenden cada día. Hay días, sobre todo estos de la mano izquierda, que se antojan extraños e intensos, días de aprendizaje y días emocionantes, días tristes en los que hay que volver a levantarse ¡Qué remedio!, días para esconderse tras los pinceles y sorprender, espero. En breve daré la bienvenida a la mano derecha y cuando la izquierda le cuente todo lo que ha pasado empezará una nueva etapa. Whatever.

2 comentarios:

anonimo dijo...

Una aventura e intenso, felicidades Ana

Ana Martín dijo...

Gracias mil...